El impacto de CAPEX y OPEX en el flujo de caja: lo que un gerente no debe ignorar
Tu empresa puede quedarse sin liquidez si solo miras el estado de resultados.
Muchos gerentes se enfocan únicamente en los gastos operativos (OPEX) al evaluar el desempeño financiero de la empresa, dejando de lado algo fundamental: las inversiones en capital (CAPEX).
Este enfoque incompleto puede llevarlos a quedarse sin flujo de caja, aunque los números en el estado de resultados parezcan saludables.
Diferencia entre CAPEX y OPEX
En términos simples, OPEX son los gastos operativos del día a día: salarios, alquileres, y otros egresos necesarios para mantener la empresa en marcha.
Son los que típicamente aparecen en el estado de resultados.
Por otro lado, CAPEX son las inversiones en activos que mejoran o aumentan la capacidad de la empresa a largo plazo, como maquinaria, vehículos o infraestructura.
Aunque estas inversiones no se reflejan inmediatamente en el estado de resultados, tienen un impacto directo en el flujo de caja porque implican desembolsos grandes de efectivo.
¿Por qué CAPEX afecta tanto al flujo de caja?
Desde mi experiencia, muchas empresas subestiman el impacto de sus decisiones de inversión en su liquidez.
Un error común es creer que el saldo de caja refleja con precisión la situación de la empresa.
Pero el flujo de caja es mucho más que eso; es un estado financiero vivo.
No se trata de cuánto dinero tienes hoy, sino de cómo tus decisiones—ya sean en capital de trabajo o inversiones en activos—afectarán tu capacidad para operar en el futuro.
He trabajado con empresas donde se desconocía el verdadero impacto del CAPEX en la liquidez. Al incorporar herramientas adecuadas para medirlo y simular escenarios futuros, logramos evitar sorpresas desagradables de falta de caja.
No ignores el flujo de caja
El flujo de caja libre reúne casi todas las decisiones financieras de una empresa.
Cada gasto operativo, cada inversión en activos fijos o en crecimiento impacta este estado financiero, el cual nos permite ver con claridad qué tan saludables son las operaciones y cómo manejar las inversiones a largo plazo.
A diferencia de los estados financieros tradicionales, que son fotos del pasado, el flujo de caja es una película en tiempo real que proyecta el futuro.
Por eso, siempre recomiendo a los gerentes incorporar simulaciones de flujo de caja para evitar quedarse sin liquidez cuando más lo necesitan.
Consejos prácticos para evitar el desequilibrio en el flujo de caja
Si quieres que tu empresa mantenga un flujo de caja saludable, debes monitorear tanto CAPEX como OPEX. Aquí te dejo algunas recomendaciones basadas en mi experiencia:
Planifica tus inversiones CAPEX: No dejes que una inversión importante en maquinaria o infraestructura te tome por sorpresa. Integra cada gasto en tu planificación de flujo de caja a largo plazo.
Haz simulaciones de flujo de caja: No basta con mirar el saldo de caja. Simula diferentes escenarios a 1, 3 o 6 meses para saber cómo impactarán tus decisiones de hoy en el efectivo de mañana.
Equilibra CAPEX y OPEX: Evita descuidar los gastos operativos mientras haces grandes inversiones. Recuerda que ambos elementos son vitales para mantener la estabilidad financiera.
El flujo de caja es clave
Como he visto en cada proyecto, el flujo de caja es el verdadero reflejo de la salud financiera de una empresa. Si no lo monitoreas constantemente, te estarás jugando el futuro de tu negocio.
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