Tu plan de negocio NO va a funcionar (y eso es lo mejor que te puede pasar)
No puedes esperar que tu plan de negocio funcione sin cambios, ¡experimenta y ajusta!
Cuando te enseñaron sobre negocios, ¿te dijeron que si algo no funcionaba, era un fracaso personal?
Esa es una de las mayores trampas mentales en el mundo empresarial.
Nos casamos con una idea, con una solución.
¿Y si fallamos?
Entonces empezamos a vernos como fracasados.
Esa presión interna nos paraliza. Creemos que tener un plan perfecto es la clave, pero el mercado cambia.
Aquí es donde entra el pensamiento científico para salvarnos. No se trata de evitar el fracaso, sino de aceptarlo como parte del proceso.
Como emprendedor y consultor, he visto que ningún plan de negocios se ejecuta tal como fue diseñado.
Todo negocio exitoso es una iteración continua.
Pensamiento científico en la estrategia empresarial
¿Qué pasaría si abordaras tu negocio como un científico aborda una hipótesis?
El pensamiento científico no busca respuestas definitivas, sino aprender de los errores.
Al igual que en un laboratorio, haces una hipótesis, la validas y si no funciona, ajustas. No se trata de fracasar, sino de aprender qué no funciona.
Este enfoque de prueba y error es precisamente lo que Eric Ries explica en Lean Startup. En una startup, el fracaso es solo otro paso hacia el éxito.
El emprendedor tradicional, en cambio, a menudo se siente derrotado cuando su plan no sale como esperaba. Pero, ¿y si te dijera que esos experimentos fallidos son precisamente lo que impulsa la innovación?
Por qué la iteración es clave?
Yo mismo he comprobado que el mercado nunca sigue una línea recta.
En mi experiencia, crear una estrategia empresarial es un proceso continuo de experimentación.
Comienzas con una visión clara, pero el camino es flexible.
Cada proyecto, cada negocio que he liderado o asesorado, ha seguido este ciclo de validar hipótesis, ajustar y continuar.
Por ejemplo, Roger Martin y Alejandro Salazar hablan sobre la "estrategia emergente". No puedes predecir el futuro, pero puedes adaptarte a lo que descubres en el camino.
Esta es la mentalidad científica aplicada a los negocios.
No hay un fracaso definitivo, solo una nueva hipótesis que necesita ser ajustada.
Cómo aplicar este enfoque en tu negocio
Para dejar de ver el fracaso como algo negativo y empezar a pensar como un científico, puedes seguir estos pasos:
Define una hipótesis para tu negocio: ¿Qué esperas lograr con tu estrategia actual?
Diseña pequeños experimentos para probar tus ideas.
Mide los resultados de manera objetiva, sin apegarte emocionalmente al resultado.
Ajusta tu hipótesis según los datos obtenidos y vuelve a intentarlo.
Repite el ciclo constantemente para adaptarte al mercado en evolución.
Esto no solo aplica para startups.
Cualquier negocio puede beneficiarse de este enfoque iterativo. Si te mantienes flexible, tu empresa no solo sobrevivirá, sino que prosperará frente a los cambios constantes del mercado.
El verdadero fracaso en los negocios no es cometer errores. Es no aprender de ellos.
Adopta el pensamiento científico, acepta la incertidumbre y transforma cada fallo en una oportunidad para mejorar tu estrategia.
El mercado es un laboratorio en constante movimiento.
Nos leemos pronto
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