Habla menos, haz más preguntas, escucha mejor.
Debes erear ambientes de confianza que se darán si logras mejorar tu capacidad para hacer mejores preguntas.
En nuestro entorno social y principalmente en los negocios, nos hemos acostumbrado a resaltar a las personas que mejor “hablan” o exponen sus ideas.
Sin embargo, a través de lecturas, mentores y mi propia experiencia he ido descubriendo que las personas que pueden generar cambios importantes son los que han aprendido a hacer las preguntas correctas.
Como líderes siempre dependeremos de las personas que trabajan con nosotros para obtener nuestros resultados como equipo y como profesionales. Para esto, debes crear ambientes de confianza que se darán si logras mejorar tu capacidad para hacer mejores preguntas.
Te dejo algunos tips y recomendaciones que he ido encontrando acerca de este tema. El cual iremos profundizando más en nuestro blog:
Cuando preguntas aprenderás algo que quizá no conozcas de la otra persona, cuando le hablas no.
Si lanzas juicios, la otra persona estará a la defensa. Cuando preguntas empoderas a la otra persona.
Los líderes creen que a ellos se les paga por problemas fijos, pero la verdad es que ellos deben fomentar el pensamiento de avanzada.
Las preguntas abren la puerta al diálogo y al descubrimiento. Son una invitación a la creatividad al pensamiento progresivo.
Si se aplica la pregunta correcta, y excava lo suficientemente profundo, entonces podemos remover o sacar todos las soluciones creativas
Cuando estés ante un problema no condenes, no critiques, analiza todo desde la perspectiva de una pregunta.
Hacerse una pregunta tan simple como, “¿Qué significa todo esto? “o” ¿Qué podemos hacer que puedan ayudarnos a cambiar esta situación? “o” que no hemos pensado de eso que podrían hacer una diferencia? “puede tener un sorprendente impacto en la creación de nuevos conocimientos y perspicacia.
Las preguntas más energizantes son las que envuelven los valores, esperanzas e ideales de las personas.
Siempre pregunta por ejemplos de lo que te estén diciendo. Los ejemplos clarifican.
Se requiere: la humildad del “aquí y ahora” cuándo dependo de otra persona.
Mi estatus es inferior al tuyo en este momento porque tú sabes algo o puedes hacer algo que yo necesito para lograr un objetivo. Tú tienes el poder de ayudarme o impedir la consecución del objetivo. Debo ser humilde porque dependo de ti. Tener una humildad de “aquí y ahora” implica perder el “estatus”.
Esta es la humildad que requieren líderes y jefes, ya que un gran porcentaje de sus objetivos dependen de las otras personas. Si me dices lo que necesito saber y me ayudas, nosotros empezaremos a construir una relación positiva.
Cuando quieras mejorar un indicador o alcanzar una meta, enfócate en lo positivo de la meta y no en los resultados negativos actuales. En las reuniones haz preguntas que llamen al entusiasmo: ¿Por qué quieren seguir haciendo parte de esta organización? no interrumpas hasta que todos hablen. Esto crea una atmósfera de confianza y coloca énfasis en sentimientos positivos acerca de la organización.
En la medida que la calidad de la comunicación incremente, las tareas se ejecutarán mejor. Saber preguntar no se hace a través de una lista de chequeo, es un comportamiento que nace del respeto, curiosidad genuina y el deseo de mejorar la calidad de la conversación y simultáneamente una gran apertura para compartir información relevante.
La utilidad del conocimiento que adquirimos y la eficacia de las acciones que tomemos dependerá de la calidad de preguntas que hacemos.
Habla menos, haz más preguntas, escucha mejor.