Nos gustan más nuestras ideas.
En esta historia te cuento sobre la importancia de trabajar las ideas con tu equipo de trabajo.
El papel más determinante que tenemos los líderes es hacer que las cosas pasen, que nuestros equipos de trabajo conviertan las ideas en acciones y las acciones en resultados.
Algo que aprendí sobre liderazgo hace algún tiempo y que he tratado de aplicar a la gestión de mis equipos, es hacer sentir que todas las ideas que se generen, cada persona sienta que es su creador.
Esto es porque cuando sentimos que las ideas son nuestras, vamos a esforzarnos más por sacarlas adelante, nos enamoramos de ellas.
Esto se conoce como el efecto IKEA, el cuál se refiere a la tendencia de las personas a valorar más lo que han invertido esfuerzo en crear.
Cuando las personas dedican tiempo, esfuerzo y trabajo a un proyecto, a menudo desarrollan un sentimiento de apego y sobrevaloran el resultado final. Es como si el sudor invertido en una tarea o creación mejorara su valor percibido.
Acciones que me ayudan a lograr este objetivo:
Capacidad de escuchar activamente al equipo de trabajo.
Capacidad de crear ambientes frescos y con apertura a preguntas poderosas.
Siempre que un integrante de tu equipo genere una idea, refuérzala, valórala, destácala.
Incentiva el trabajo colaborativo.
Consulta siempre a tu equipo la opinión respecto a una idea o proyecto
Los resultados son de tu equipo, no son tuyos. Debes dar los créditos a ellos, en público y en privado.
Construye historias con las ideas y haz que cada integrante de tu equipo sea parte de esa historia.
Recuerda: las ideas más poderosas son las que sentimos que son nuestras.