¿Conoces personas que amen la empresa donde trabajan?
Hoy en día es bien difícil ¿cierto?
En internet encontré un dato que dice que solo el 20% de los empleados aman su empresa.
Yo estoy seguro que las empresas que logran que las personas las amen, son las que tienen un propósito claro y coherente. (Hacen lo que dicen querer hacer).
Todos hemos trabajado para empresas en donde en las reuniones estratégicas se dice una cosa y al salir de la oficina se hacen otras.
Pues tú eres el encargado de que en tu empresa no sea así.
Hay un libro brutal que se llama El Juego Infinito de Simon Sinek.
El autor explica que las empresas son juegos infinitos: no tienen una meta única establecida, no tienen las mismas reglas para todos los participantes, no hay ganadores ni perdedores.
A diferencia de un juego finito, como por ejemplo un campeonato de fútbol.
Y analizándolo bien, tiene razón.
Si bien un periodo de tiempo (1 año, 2 años, 5 años), es una base para determinar estrategias y metas, los negocios son infinitos: nunca tienen fin.
Lo que importa en el juego infinito es seguir jugando, por mucho tiempo, cada vez mejor.
Así que más nos vale como líderes tener un propósito claro para mantenernos jugando en este juego por mucho tiempo.
Un propósito es un estado futuro que todavía no existe.
Es la forma en la que mi empresa hará la vida mejor para los demás.
Es el pedacito que le corresponde para hacer el mundo mejor.
Un propósito poderoso, conectará a la gente como un gran equipo de trabajo, como una familia, hará amar la empresa, porque al pensar en hacer mejor la vida de los demás, también se hará mejor la vida de los que trabajan en ella.
Suena muy romántico, lo sé, pero así debe ser.
"En una organización que solo está impulsada por lo finito puede que nos guste nuestro trabajo algunos días, pero es probable que nunca lo amemos. En cambio, si trabajamos para una organización que tiene un propósito, puede que no nos guste nuestro trabajo algunos días, pero siempre lo amaremos" Simon Sinek.
No vayas a cometer el error de colocar el crecimiento financiero como tu propósito.
El crecimiento financiero como falso propósito suele dar como resultado una cultura enfermiza, en la que predominan el cortoplacismo y el egoísmo, y en la que la confianza y la cooperación sufren.
El crecimiento financiero debe ser el resultado de un gran propósito, creciendo se puede tener más combustible para hacer prosperar más nuestro propósito.
Si es un propósito verdadero para los clientes y empleados, la empresa sin duda crecerá.
Cuando una persona lea el propósito de tu empresa deberá dibujar en su mente un escenario futuro que conecte inmediatamente con su propósito de vida, eso será amor a primera vista, los resultados hablarán por sí solos.
En el próximo post te contaré sobre la definición de Estrategia…
Nos leemos pronto.